Antes de mi llegada a Barcelona, ya deseaba conocer todos sus museos. Mi visita a CaixaForum Barcelona ha sido mi primera experiencia en un museo español este verano 2016. La exposición, el arte chino de la dinastía Ming. Para esta colección también es su primera vez en un museo español.
Como la gente de Barcelona, llego en moto. No sabía que esperar, camino hacia dentro tratando de tomar nota de todo lo que puedo. Observo que estoy en un edificio antiguo adaptado a centro cultural y artístico. Investigo y averiguo que es un edificio proyectado en 1909 por Josep Puig i Cadafalch, uno de los arquitectos más destacados del modernismo catalán, coetáneo del maestro Antoni Gaudí. Ambos participaron en la creación del desaparecido Café Torino en Barcelona.
Al entrar en CaixaForum, el ambiente es luminoso gracias a una gran espiral de luz que hay en el techo. A través de unas escaleras mecánicas asciendo al piso superior donde se encuentran las distintas salas de exposiciones.
Cuando entro en «Ming. El imperio dorado», una exquisita pieza de cerámica envuelta en una especial atmósfera, me da la bienvenida a lo que intuyo será un descubrimiento de una esplendida y brillante colección de obras de arte. Inicio la visita y de inmediato, me sorprenden las filigranas de los incensarios dorados, los jarrones esmaltados, las delicadas tallas de jade, los rollos desplegados de pinturas con escenas cotidianas y mucho más.
La guía comenta, que antes solamente ciertas personas tenían el privilegio de ver el arte. Lo escondían de los demás.
Mi pieza favorita de esta colección, es un conjunto de instrumentos de arte con el que trabajaba un artista. Muy diferente de mi escritorio y caballete.
El escritorio tenía un arreglo elegante. Simplemente era una tabla de madera grabada y unos pinceles finos dentro de en unos recipientes delicadamente decorados. Son objetos cotidianos pero a la vez, están hechos con una gran maestría, que les imprime una importancia cultural.
Observo estos pinceles y me doy cuenta de que sus pelos son muy finos, lo cual permitir comprender tanta precisión en sus pinturas. Además cada pieza tenía un diseño particular.
Sigo mirando cada obra en la exposición, consciente del proceso que distinguía a los Ming del resto del mundo. Ellos crearon su propio misterio que perdura en todos estos excepcionales objetos. Salgo de la exposición queriendo saber más.
Audio declaraciones de Isabel Salgado directora de Exposiciones de la Fundación Bancaria ”la Caixa” en RadioArtnobel