Xavier Corberó regresa definitivamente a España en el 68 como un artista reconocido internacionalmente, y se afinca en Esplugues de Llobregat, localidad cercana a la ciudad de Barcelona, donde había adquirido una masía, a la que le seguirán otros terrenos colindantes.
El escultor dedicará toda su energía, tiempo y dinero hasta convertirla en la escultura monumental, laberíntica y habitable, que albergará sus obras y su ambicioso proyecto, el Centre d’Activtats i Investigacions Artístiques Xavier Corberó fundado en 1972, funcionando como residencia de artistas, pero no trascendió por falta de financiación.
El espacio conceptualizado como una escultura, tiene un gran interés arquitectónico por su singular estructura y composición. Cuenta con estanques, jardines, patios con arcadas de cemento a varias alturas y un bosque habitado por personajes de piedra y bronce, 2000 metros cuadrados edificados y un auditorio subterráneo de unos 700 metros cuadrados con una capacidad para 300 personas, de planta libre con techo abovedado y sin columnas de soporte.
Esta obra de infinitas dimensiones la concibe el propio Xavier Corberó sin planos, como manifiesta en sus entrevistas: «Creo en la lógica cuántica, cuando las cosas son como deben ser, todo encaja. El proyecto es mío, lo diseñé sin planos, atendiendo al lugar y a la poesía».
Imágenes cortesía: © Daniel Schäfer
Artículo completo en ARTNOBEL Inspiration Review of Contemporary Art revista número 21.