
Acrílico sobre tela de Rebeca Plana
Cerca de las nueve de la mañana, levantarse y tomarse un café con estas idas y venidas, barco que se hunde del panorama cultural actual.
Ser artista de media carrera está siendo muy complicado, tal vez porque esa barrera que supera los 35 hace que no consigas nada. Grata la diferencia de países más avanzados donde se prima la experiencia y los hechos acontecidos.
¿Qué tiene un artista de media carrera? por una parte esa frescura que aun se tiene y tiende en su juventud, pero unido a la madurez aportada en su hecho creador provocado por las desidias y juegos vacuos, casi malabares que ha tenido que soportar para ser reconocido, poco o mucho.
Ser artista de media carrera te cuarta ante la sociedad, por una parte los amiguismos están, las simpatías y otras cosas de este mundo del Arte que es tan nuestro. Es evidente que los pensamientos y la mente que es maléfica hace que de una manera u otra sean apartados de esta sociedad que prima «la juventud y el talento».
Estamos en una época de comunicaciones rápidas, donde un orgasmo se tiene a kilómetros de distancia, o bien se encuentra información en recónditos lugares que mantienes en «secreto» para no ser pasto de tu enemigo.
Nunca es bueno jugar a una sola carta, pues las barajas están trucadas o son muchas. Hay que saber templarse y respirar.
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